miércoles, 22 de febrero de 2017

Futuro Incierto (Febrero 2010)


Fin de semana movido. Tras la resaca de todo lo vivido con NOFX el día anterior, Punk as fuck e Identidad Récords se animaban a organizar el concierto “anual” de Futuro Incierto este verano. Días atrás había chequeado el horario y la programación de las bandas. Sobre todo teniendo en cuenta que estaba programada en el horario de 5 a 10 PM (ya que se realizaba en una discoteca, que luego de la tocada reabriría sus puertas para la pachanga). Estuve desde antes de las 5, pero solo veía entrar y salir a algunas puntas entre ellas los integrantes de Adictos al bidet, (los cuales estaban como banda que abriría el concierto). A la hora que entré había una mancha formada a modo de cola, pero creo solo estaban esperando el momento apropiado para ingresar. Ingresé y Adictos al Bidet ya estaban subidos tocando su segunda canción (Fakin Computer). 

 Había gente sentada en la parte lateral del local, y otros tantos chequeando la feria de discos, fanzines y polos. Por cierto habían muy buenas cosas y a precios bajazos (El “Ego” de Futuro Incierto estaba a 5 soles) Luego vendrían las de siempre, Ni que fueras mi mamá, Quiero ser tu amigo (con beneficios), Tus tetas son lo peor que me ha pasado y Waiting Room (cover de la excelente banda Fugazi). Fue algo corto, pero como siempre directo. Ahora vendría el turno de Estado Naranja. No era la primera vez que los veía tocar. Ellos también telonearon a New Found Glory en noviembre del 2008. Si bien la propuesta de esta banda es conocida, apostando por el punk melódico, hay algo que no me termina de cuajar en su accionar en conjunto. El afán está en ellos, y eso es loable en las bandas, pero es como que le falta ese “sabor” que requiere todo grupo de músicos al momento de verlos en directo. Tocaron Nuevo Camino, Postal, Adiós, el mix Provinciano (lo denomino de esa manera porque si bien es la base de la manoseada canción de Chacalón, a la mitad existe un pare y arrancan con el riff de Triciclo Perú de Los Mojarras, para terminar de vuelta con Chacalón). En esta canción se animó un poco la gente que iba llegando al local, aunque no se animaron a hacer pogo a pesar del pedido del vocalista en hacerlo. Palmas igual. 

 Luego vendría el turno de Histeria Colectiva. Si bien no había tenido la oportunidad de escucharlos, fue una grata sorpresa para mí. Me sorprendieron de buena manera. A pesar que la gente seguía inerte, se sabían varias canciones. Un punk rock con toques melódicos bien llevado y ejecutado con mucho punche. Tenían el sabor especial de tener en la batería a Adrián Arguedas (el cual le metía toques interesantes, saliendo del típico beat estructural del punk rock) en reemplazo del buen Sandro Labenita, también integrante de Plug Plug (desconozco el motivo del reemplazo). Por ser la primera vez que los escuchaba no conocía el titulo de ninguna canción, salvo la ultima que la anunció el mismo vocalista (Violencia Extrema). Luego este mismo anunció que andaban armando lo que será su nuevo material. Atentos con eso. Después de un break un poquito mas largo, estaban arriba Los Ácidos. Al mando de Jorge Cifuentes en la voz y la guitarra nos ofrecieron canciones como Lejos de tu hogar, Canción, Sol, Jardín y el cover Shaila (de la banda argentina del mismo nombre). En esta parte del concierto si bien la gente respondió bien (mas no pogueando) a las canciones, se notó que algunas bandas por el hecho de no tocar muy seguido que digamos no mantienen vigencia entre la mayoría del publico que asistió al concierto, el cual oscilaba entre los 17 y 21. Los mas viejos como nosotros éramos pocos. Con este comentario no repruebo a ninguna banda que se tome descansos prolongados, ya que los integrantes de las bandas también tienen otras obligaciones además de la música, pero de alguna u otra manera deben de mantener algún tipo de notoriedad aunque no hagan tocadas muy seguidas. También sería bueno renovar el setlist. 

Dieron las 7:50 de la noche. Kaos y Desorden estaba arriba del escenario cuadrando sonido. Arrancaron con uno de sus clásicos: Sin Memoria. Se les notaba un poco duros y a la expectativa de la respuesta de la gente, aunque para variar ni siquiera se movieron con este temón. Luego vendrían Estando lejos, Caminaré. Mas allá de los que ves (Piero Brescia, vocalista de la recordada banda De la nada cantando este tema a todo pulmón) para terminar la actuación con su tema bandera, A pesar, aquì se armó un pequeño pogo para calentar motores con lo que vendría. Saludos a la gente de parte de Cesar y Manolo. Nota aparte el sonido de las guitarras; por momentos la guitarra rítmica tenia altibajos y la primera tenia mucha ganancia, ensordeciéndonos a alguno de nosotros. Palmas igual: Ojala que esta entrañable banda toque más seguido y nos muestre nuevo material. 


 Pasadas las 8 de la noche y comenzaría a sentirse la efervescencia de la gente por el plato de fondo. Futuro Incierto al escenario. Si bien el ultimo disco no me había dejado muy satisfecho, decidí venir a verlos dado todo lo que representan como banda a los largo de los años dentro la escena hardcore punk. Ahora ¿Es probable pensar que una banda que sólo toca una o dos veces por año y encima no saca temas nuevos desde el año 2006 te mostrará siempre lo mismo? En parte estamos diciendo la verdad, pero para los que escuchamos a esta banda cuando tenía un poco mas de actividad en la escena es siempre emotivo y catártico verla en directo con sus integrantes “originales” con la energía de siempre. Comenzó todo. Flipside, Break free! y En las aguas para ir calentando músculos. Luego 9 años del disco Confetti. Emotiva interpretación con la voz de la gente de fondo. Saludos de Pedro y se venía Erizo, luego Invisible y Sabor amargo con la clásica introducción de de la batería. Para matizar sonaron 1000 preguntas, Catle y Johann. El show se desarrollaría con normalidad salvo algún componente de más en el pogo. Conato de bronca, pero nada pasó a mayores. Luego Dentro de mí, Ahora, En tu corazón, Entre las Piedras y Creo en mí (raro que no la hayan tocado antes de Entre las piedras dándole el clásico pequeño puente con la batería) La hora avanzaba y más de uno de los empleados de la discoteca entre bostezos lacrimógenos, comentaban entre ellos ¿A que hora acaba esto? Como si los hubiera escuchado, Yorch se animó a decir… ¡Ya, estas son las ultimas… nos vamos! Aquí hubo un pequeño bajón de revoluciones (para mi) con Fue ayer. En la versión del disco hay unas guitarras acústicas y Pedro pidió a la gente que le haga un pequeño colchón con sus voces para que cuando cante no se escuche tan vacío. Chevere con eso. Para el final; Atravesando y Más allá de tus ojos pegada junto con Futuro Incierto dando cuenta de la esencia de la banda y la conexión que mantiene con su público (aunque mucho del mismo se haya adicionado con gente de menos edad). Final feliz para una noche tranquila, en medio de todo, después de lo vivido el día anterior. Como epilogo nos queda una frase de Yorch (bajista de Futuro Incierto)… “Gracias gente, nos vemos en noviembre”. ¿Futuro Incierto en noviembre? O ¿Futuro Incierto en noviembre acompañando a otra banda de peso como NOFX? Por lo pronto, en agosto nos regalan un hermoso tabazo hardcoreano con Sick of it All. Igual, estaremos al tanto de las novedades de Punk as Fuck.

martes, 31 de enero de 2017

Los Fabulosos Cadillacs: Estadio Único de la Ciudad de La Plata. 19 de abril de 2009.

El Satánico Pop Tour sigue por las carreteras argentinas y esta vez le tocó el turno a la ciudad de La Plata. Día domingo. Si bien había conseguido mi entrada unos días antes, aún no tenía idea de cómo hacer el trayecto desde Buenos Aires. ¿En tren o en bus? Lo mismo daba, sólo quería estar dentro ya. Comentario aparte: El transporte en Buenos Aires día domingo a las 6 PM puede llegar a ser muy caótico. Nada que envidiarle a Lima, se los aseguro. Cumplido el cometido y tras una hora de recorrido, llegué a La Plata al promediar las 9pm. La entrada decía que esa sería la hora pactada para el inicio del concierto. Bordeando el Estadio y mientras preguntaba el precio de una “remera” (polo) comencé a oír el fondo musical de James Bond. Algo me decía que debía correr ¿pero como hacerlo con una lata de cerveza en una mano y un choripan en la otra? De pronto hizo su aparición sonora El León. Caballero a correr no más. Pasados los controles del caso, seguí corriendo hasta mi ubicación (campo). Para ser sincero esperaba ver mucha mas gente de la que vi en el concierto de Lima (calculé unas doce mil personas en el Estadio Único de La Plata) ¿Conjeturas? Varias: desde que es el concierto número siete en estas tierras luego de aquel furibundo regreso en los Bosques de Palermo el primero de julio del 2008, pasando por la poca fuerza que tienen ahora los Cadillacs en la escena argentina, hasta que por ser día domingo en la noche la gente no se animó a acompañarlos. Pero dejemos las interrogantes de lado. 

Terminada la clásica primera canción en esta gira, siguió la sorpresa: Silencio Hospital. Vaya que me sorprendieron. Es una canción algo antigua, la cual rememora las influencias iniciales de esta querida banda (toda la onda Madness y two tone para esta canción) Si bien ningún integrante de la banda se animó a dar palabras iniciales, me di cuenta que esa canción era algo inusual en el orden de la lista de canciones. Palmas igual. Seguido, la entrada en percusión de “Mi novia se cayó en un pozo ciego”, los primeros saltos de la gente. En ese sentido me pareció rarísimo ver la poca respuesta de la gente. Comparado al concierto de Lima, esto parecía un velorio. Otro comentario aparte: la población promedio del concierto fue de 25 años para arriba. Aquí la gente de 17 o 18 años no los conoce o los escuchó muy poco. Dato importante. Vendrían Carmela, Estoy harto de verte con otros (con la clásica línea de bajo), El Genio del Dub/ Radio Kriminal (versión La Luz del Ritmo) y la muy bailable Wake me up and make love with me (cover de Ian Dury). “Hola trolos y trolas…putos y pu…Hola muchachos, buenas noches”, la voz de Vicentico saludaba al respetable, para luego dar paso a otra remembranza de los primeros discos: Muy muy temprano. Un reggae contundente que bajó las “revoluciones” (para los pocos que saltábamos como enfermos). Vicentico en la armónica, Rotman en el saxo tenor y la gente coreando. Por fin una buena postal del concierto. Pasando por El Aguijón (y Vicentico olvidándose parte de la letra) y Paquito (Con sus toques hardcoreanos) Vicentico anuncia…. “Voy a ponerme los guantes porque viene el primer invitado de la noche...” Sube a la tarima Pablo Lescano (Damas Gratis), tecladista prodigioso apodado como “El Príncipe de la Cumbia”. Abrazo con algunos integrantes, silbidos fuera de lugar por parte de algunos en el público, y el intro pegajoso de Padre Nuestro. Apuesto que muchos de los que silbaron a Lescano por hacer cumbia fueron los primeros que comenzaron a bailar ni bien comenzaron a tocar esa canción. Acá no te perdonan una. Por las pantallas gigantes se proyectaban imágenes de iglesias y nubes, acorde a la cosmovisión cristiana, y claro, la canción. 

 El orden de la lista sigue: Saco azul y Siguiendo la Luna, con Sergio Rotman en guitarra rítmica y el Vaino (Vainilla) soleando en la primera guitarra. Si bien es importante que además de Vicentico alguien más se sume a las vocales, creo que esa labor le quedaba muy bien a Flavio, no a Rotman. El saxofonista si bien trata de empilar a la gente, a veces intenta cantar y simplemente no la hace. Todo bien con el, muy buen músico, pero zapatero a tus zapatos. Imágenes de una Luna Nueva por las pantallas gigantes. Luego, uno de los puntos altos de la noche: Los Condenaditos. Los vientos se sumaron también a tocar los timbales, los tambores de murga y el wiro. Toda una sinfonía de percusión. Vino una pequeña pausa para ir a tomar algo, y…… “Ahora viene una canción muy tranquila, es del último disco”. La Luz del ritmo sonando y la gente bailando. Si bien ese ultimo disco no es de mi agrado (salvo las re-versiones de antiguas canciones) por razones que no voy a exponer en esta reseña, sirvió para que la gente se siga calentando ante la noche tan fría y húmeda que nos tocaba vivir (y sólo estamos en otoño). Una versión algo mediocre de V Centenario, le siguió el intro en teclado: Calaveras y Diablitos. Bien Hugo Lobo con su flugehorn en esta canción reemplazando al “Trombo” Albareda en el solo. Hasta ahora se extrañan los fraseos del trombonista. Nadie se explica porque se autoexilió en Córdoba y nunca mas tuvo contacto con alguien de la banda. Una lástima. La seguidilla de canciones más tranquilas y bailables: Gitana, Carnaval toda la vida, Demasiada presión y Malbicho (Vicentico fungiendo de predicador pidiéndole a la gente que se arrodille mientras el hablaba ¿?). Ahora venía la dulce Mimi Maura a hacer las veces de Celia Cruz en Vasos Vacíos. Me gusta la voz de Mimi, pero no para esta canción. Por pasajes la vi hasta un poco disforzada. Recogiendo opiniones luego del concierto en Lima, a muchos no les gustó esa versión con Mimi. Algunos ni conocían a la vocalista. Aplausos igual. 

El Satánico Dr. Cadillac: La gente respondió bien. Seguido, un intento de despedida. Personalmente no se porqué hacen eso, cuando todos saben que no se irán (¿?), o en todo caso que regresarán. Se apagaron las luces. Armónica sonando nuevamente. Basta de llamarme así, canción conmemorativa a Tamara, hermana de Vicentico, trágicamente fallecida por una sobredosis. Canción tranquila pero una letra con muchos huevos. La noche ya se iba cerrando. Sonaba Vos Sabes con guitarra acústica. Muchos padres abrazando a los pocos pequeños presentes. No tocaron Should I stay or Should I go (The Clash), ni Gallo Rojo (canción dedicadísima al gran Ernesto Guevara La Serna). La lista se iba acabando, pero algo faltaba ¿no? Tambores de murga y el “hitazo”: Matador. En el año 94´ esta canción reventó las radios limeñas. Con razón no me gusta mucho. “Con Uds.…. Astorboy, el baterista mas joven del rock nacional”. El pequeño hijo de Flavio y también baterista de “Misterio” (proyecto punk-rockabilly del bajista) era el último invitado. Guns of Brixton (The Clash) en versión ragga`muffin. Vicentico al bajo. Y Flavio con su Telecaster Custom guapeando en las voces. Pegadito Let’s lynch the landlord (Dead Kennedy’s). Y los Ohhhhhh…..Ohhhhhh…Ohhhhhh muy emotivos. Yo no me sentaría a tu mesa: El himno Cadillac por excelencia. Canción para abrazarse, corear hasta quedar afónico…. porque “voy a saltar toda la noche sin parar de silbar”. Claro que sí. Los agradecimientos del caso. Es y será siempre una parte muy emotiva en cualquier concierto de LFC. Ahora sí se iban. Gracias a estos viejos que supieron alegrar cualquier momento de la existencia de muchos de nosotros. Gracias porque regresaron, están de vuelta y muy a pesar de que no sabemos si este será uno de los tantos discos en su larga trayectoria o será la gira del adiós definitivo. Y es que el futuro en la música suele ser incierto. ¡Gracias FABULOSAS!

jueves, 29 de diciembre de 2016

Dancing Mood: Última fecha del ciclo “Domingos de Marzo” (29/03/09) Niceto Club, Buenos Aires (Argentina)



Para los que no conocen mucho de la escena ska de por estos lares, Dancing Mood es considerada la Big Band argentina por excelencia. La orquesta liderada por Hugo Lobo en trompeta (Fabulosos Cadillacs, Los Cafres, Ataque 77, Dos Minutos, Riddim, Satélite Kingston, entre otras) está conformada por once músicos estables, los cuales rescatan lo mejor del ska instrumental, el reggae y el jazz. Con casi nueve años de existencia, cuatro discos de estudio, uno doble en vivo y un dvd, esta banda se las trae. Si bien no es la primera vez que lograba verlos en vivo, cada concierto de la banda alberga algo nuevo, presentando en el escenario a músicos y vocalistas invitados para la ocasión. 

Esta vez se cerraba el ciclo de “Domingos de Marzo”, el cual por ser la última fecha del verano argentino prometía terminar en fiesta. Y no nos equivocamos. Llegué a Niceto Club un rato antes de comenzar el concierto. Había mucha gente afuera, esperando la hora de entrar. Entre cervezas, vino y sustancias no tan ilegales, también yo esperaba hacer mi cola para entrar. Por la puerta podía ver a Sergio Colombo (saxo tenor), al Mono Avellaneda (Batería) o Rubén Mederson (saxo alto) bromear con la gente de seguridad. La banda considera este local como su casa. Al ingresar nos dimos con la gratísima sorpresa de poder escuchar la música de Juaneco y su Combo (Sí, como lo leen) de fondo musical antes de que la banda suba al escenario. Imaginamos que en su vista al Perú con Los Fabulosos Cadillacs Hugo Lobo pudo conseguir material de este legendario grupo amazónico. Es así que lograba ver gente moverse al ritmo de la cumbia amazónica. Poco a poco se iba llenando el local. En esas idas y venidas, pude acercarme al único stand que ofrecía discos de distintas bandas de acá así como la discografía completa de Dancing Mood. Logré comprar el dvd Deluxe, grabado en las dos fechas que la banda hizo en el Teatro Opera. Mientras estaba en Lima, sólo había podido ver algunos videos del mismo por medio de Youtube. También compré un compilatorio tributo ska reggae a los Beatles. Habían bandas argentinas (en su mayoría) aunque también estuvieron los Skatalites con Vin Gordon en el trombón, Gondwana de Chile, los Antidoping de México y un par de bandas de Costa Rica y Brasil. Sarcásticamente lo llamaron “El Álbum Verde”. A todo esto pude percatarme lo grande que es la escena reggae aquí. Había una cantidad considerable de discografía, así como unos tres o cuatro dvd´s editados de algunas bandas nacionales. Mientras, en el ambiente principal los técnicos iban ultimando detalles al sonido y la utilización de cada espacio dentro del escenario. 

Después de casi una hora de espera, la banda hizo su aparición en escena. Con el Buenas Noches Muchachos… Esto es Dancing Mood (clásico saludo de Lobo) la banda comenzó a interpretar “A nigth in Tunusia” (título modificado a propósito) adaptación de Dizzy Gillespie, conocido trompetista de jazz; para luego seguir con Scrapple from the Apple, adaptación de Charlie “Bird” Parker, saxofonista del cual no hace falta presentación alguna. Ambas versiones son del Dancing Groove, tercer disco de la banda. Luego de este calentamiento vendrían dos canciones nuevas, aún sin nombre. Siempre en la misma onda instrumental. La gente ya había comenzado a bailar. Seguido, darían paso al pequeño set “Skatalites”. Sonarían: You’re so Delightful (con un impresionante sólo de Ruben Mederson en el saxo alto, sacándole “carcajadas” a su instrumento) Garden of love, Eastern Standard Time. Vale decir que los temas si bien son adaptaciones, logran una calidez única debido a la utilización de una flauta traversa y una armónica (instrumentos que Skatalites no solían incluir en sus temas). Asimismo, los solos de cada instrumento crean una atmósfera propicia para el deleite de la gente. Dado este pequeño set (luego habrían mas canciones de los padres del Ska), Hugo Lobo aprovecharía para saludar y agradecer a todas las personas que los acompañaron en el concierto denominado The Queens of the Reggae & Ska show presentando a Pauline Black (The Selecter) y Doreen Shaffer (Vocal de The Skatalites) el pasado 20 de marzo en el Teatro Colegiales. La banda sirvió de apoyo a estas dos excelentes vocalistas del género. Rematarían el set llamando al primer invitado de la noche: Pablo Lescano, tecladista de Damas Gratis (grupo de Cumbia). Con él en escena interpretarían “Confucious”, poniendo a la gente a bailar acompañando con palmas, tarareando el fraseo principal de los vientos. Terminada la canción y los agradecimientos del caso, Lescano se despediría entre aplausos. ¿Quieren más Dancing Mood? ¿Quieren mas Skatalites? preguntaría Lobo al público. La respuesta no se hizo esperar. Sonaron “Dr. Kildare” y una de mis favoritas “Latin Goes Ska”. Niceto ya era una fiesta. Dancing Mood otra vez lograba su cometido. Ya estábamos a mitad del concierto. Ahora vendría el momento de relax con Take Five, María, 20 minutes to go, Exodus y Fantasy. Después de haber bailado tanto, sólo quería ir al baño a refrescarme algo, lo hice pensando que no tocarían mas temas de Skatalites. Pero me equivoqué. Desde los pasillos de regreso al ambiente principal logré escuchar el riff distorsionado de “Police Woman” (esta canción es un clásico en los conciertos de Dancing Mood) Con mi banda en Lima, solíamos hacer también ese cover. Me abrí paso entre la gente como pude, y otra vez a bailar. 

Dato curioso: Al momento de dar paso a los solos, todos los vientos se retiraron del escenario, salvo Sergio Colombo, dejándolo en primer plano. Parece q esto no estuvo estipulado, ya que la cara del Saxo tenor era de sorpresa. Llegaba el momento de presentar al segundo invitado de la noche: el Pelado Rossatti, vocalista de Papas Ni Pidamos. Con él en micrófono vendrían Enjoy Yourself (Prince Buster) y Just Don’t Want to be Lonely (The Main Ingredient). Esta última canción aparece también en el disco Dancing Groove, interpretada magistralmente por Karen Fleitas del trío de hip hop argentino Actitud María Marta. La noche se iba cerrando. En el rostro de la gente se veía la satisfacción de haber presenciado un espectáculo a la altura de lo esperado. Dancing Mood suele no defraudar en sus presentaciones en directo. Como antesala a la despedida, la banda interpretaría “Perdido”, canción que los identifica en los conciertos y la gente suele pedir y disfrutar mucho. Terminada esta, Hugo Lobo daría paso a la presentación de cada uno de los integrantes de la banda. Mención especial para Gerardo “Toto” Rotblat (Fabulosos Cadillacs, Cienfuegos, Dancing Mood, Mimi Maura y su propia banda: Orquesta Jabalí) desaparecido percusionista que también formó parte de la alineación liderada por Lobo. Ahora se anunciaba la última canción, previamente Hugo Lobo haría un acuerdo con el público: Que se forme un trencito el cual atraviese toda la pista de baile del local, y si esto salía bien, las primeras 50 personas que se acercaran a la barra ni bien termine el concierto obtendrían una “birra” (cerveza), cortesía de la banda. El último tema sería Occupation (Music is my), canción de los Skatalites. El tren fue muy numeroso y también muy entusiasta, sellando una noche de buena música, alegría y mucho baile. Después de las despedidas de caso, me dispuse a abandonar el local. Al apagarse las luces, regresó la música de Juaneco y su Combo; y en la barra, un centenar de personas pugnando por la cerveza prometida. Valió la pena no ver el Perú-Chile por las eliminatorias Sudáfrica 2010. De veras.

viernes, 28 de octubre de 2016

Hèroes Anònimos


El cercado del Callao, mezcla de antigüedad, nostalgia y picardía nos da la bienvenida en una de las primeras tardes frías de este otoño que ya se va. Siguiendo por la calle Teatro, frente al remodelado Teatro Municipal del Callao, en una de esas callecitas donde se gesta la lucha entre lo antiguo y lo moderno se encuentra la Compañía de Bomberos “Salvadora Nº 9. Desde pequeños en nuestro inconsciente tenemos que los bomberos son las personas que tienen una ilimitada capacidad de compromiso y valentía, la cual demuestran arriesgando sus vidas de manera voluntaria. Por ello, si buscásemos héroes anónimos, que duda cabe de que a muchos de ellos los encontraríamos vinculados a esos uniformes rojos, las mangueras, la veloz bomba o el ulular de las sirenas. 

“No sé como explicártelo, creo que es difícil describirlo, muy aparte de la adrenalina al salir a emergencias que es inmensa, está el saber que tienes la capacidad de ayudar a alguien que de repente jamás vuelvas a ver en tu vida pero que en ese momento fuiste la persona que lo hizo sentir protegido. Pero muy aparte de eso, el ser bombero para mi es muy especial, gracias a eso conocí personas maravillosas que hasta la fecha me acompañan. En realidad el ser bombero es una parte de mí que me acompañará por siempre”. Estas son las palabras de Delia Solari Martínez, mujer, 26 años, casada, chalaca de nacimiento y algo mas… es bombero voluntario desde los 16 años. “Cuando tenía 16 años, nos mudamos a vivir con mi abuela al frente del teatro Municipal del Callao, que queda al frente de la compañía de bomberos a la cual pertenezco, entonces me llamaba la atención el ver a los bomberos y encima que habían mujeres, mis primos vivían a la vuelta de nuestra casa, entonces cada vez que salíamos juntos pasábamos por ahí y nos quedábamos viendo a los bomberos. El esposo de mi tía es bombero también así que eso nos hacia sentir mas curiosidad así que un día decidimos postular, fui con dos primos y nos inscribimos”.

La actividad bomberil se remonta a los albores de la humanidad. La historia nos muestra que los egipcios y romanos fueron los primeros en formar grupos de ciudadanos que se dedicaban a controlar siniestros con métodos relativamente eficaces. En el caso de Roma, Augusto Cesar formó un escuadrón de 600 esclavos llamados “vigiles”, los cuales se convertirían en el primer cuerpo de bomberos en la historia. Habiendo cruzado el charco, 1860 sería el año en cual se fundaría la primera compañía de bomberos (como tal) en el Perú, siendo esta la “Compañía de Bomberos de Paita”, al norte del país. En Lima la primera compañía en ser organizada sería la Compañía de Bomberos “Unión Chalaca”. Dado este importante precedente, en todo Lima y el interior del país comenzaron a crearse más compañías de bomberos voluntarios con el objetivo de paliar la necesidad de control de siniestros en las diferentes comunidades del país. Hay un dicho al interior del Cuerpo General de Bomberos que reza así: “Callao, cuna bomberil”. Y no es para menos. Además de haber albergado a las primeras compañías de bomberos voluntarios (muchas de las cuales perviven hasta el día de hoy), el primer puerto y sus nacientes compañías fueron testigos de dos hechos que marcaron su existencia como una organización de servicio a la comunidad en general: El Combate del Dos de mayo de 1866 y la ocupación de Lima durante la Guerra del Pacífico en 1879. En la primera, formaron parte de la defensa del primer puerto frente a la escuadra española y en la segunda fueron parte del socorro médico a los valientes hombres que defendieron la ciudad donde vivían. 

 Para el caso de la Salvadora Callao Nº 9, su creación data del año 1873, teniendo entre sus fundadores al Dr. Santiago Távara, médico cirujano del Monitor “Huáscar” , uno de los pocos sobrevivientes del Combate de Angamos; asimismo a Alejandro Deustua, destacado hombre de letras y rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Tras pasar, observamos la gran cochera que alberga dos unidades de emergencia. El techo es un poco más alto de lo acostumbrado y el eco emitido por la radio de la pequeña central de emergencias lo es aún más. Sentado sobre el piso escucho atentamente a Delia, que se dispone a asear un poco el lugar. “El voluntariado es para personas que realmente sienten que pueden y quieren dedicar tiempo a ayudar a los demás, es saber dar sin esperar nada a cambio porque en esta profesión no recibimos mas que las gracias de las personas que ayudamos. La gente nos observa bien, aunque algunos están mal acostumbrados porque no se dan cuenta que nosotros somos voluntarios y nos exigen a veces sin saber el sacrificio que hacemos para estar ahí”. Sus palabras suenan a verdades. De esas que escuchas, comprendes y aceptas sin chistar. Y es que Delia de un momento a otro se vuelve en la portavoz de todos los bomberos. Deja la escoba y regresa con un trapo en la mano para poder sacudir un poco el polvo acumulado en las unidades.

 “Por ejemplo recuerdo que un día de semana (que es donde generalmente hay menos gente en las compañías de bomberos) nos mandaron a una emergencia por Ancash que es una zona peligrosa y encima pobre, porque no hay ni hidrantes (que necesitamos para abastecer nuestras maquinas mientras trabajamos en emergencia) la gente nos gritaba porque nos habíamos demorado y se nos querían ir encima. Ese día sólo estaba el chofer y tuvo que hacer sonar la muda (que es como una alarma que indica que se necesitan bomberos para ir a una emergencia) y esperar a que llegáramos para poder ir a atender la emergencia”. De pronto suena una alarma, pero es la de su celular. Disculpándose se retira unos momentos a contestar la llamada. Durante esos momentos, trato de dar una rápida vista panorámica al lugar. Trato de imaginar como puede ser el día a día de un voluntario en esta o cualquier otra compañía del país. Personas de carne y hueso que se dedican a poner a salvo a sus semejantes, acomodándose a las condiciones del contexto sin vacilar, perdiendo horas con su familia para cubrir guardia. Simplemente tienen un temple a prueba de balas. Logré escabullirme al segundo piso donde tienen una sala de ceremonias. Las paredes un poco gastadas albergan algunos cuadros de antiguos comandantes de la compañía. Rostros adustos y solemnes por doquier. De pronto, con el rabillo del ojo veo una sombra. Me doy cara a cara con otro miembro. Nos saludamos, le explico del porqué de mi presencia esa tarde. Se despide muy amablemente. Recién llega a la guardia. De regreso a la cochera, la interrogo. Luego de escucharme cambia un poco el gesto y pierde la mirada entre los casilleros, para finalmente desviarla al vacío. “La verdad no estoy segura cómo acepté la vocación de bombero, creo que primero fue por la curiosidad de saber como es la vida bomberil y luego mientras estaba ahí me di cuenta que me sentía bien haciendo esa labor, ayudando a los demás. ¿Cómo una persona que se jacte de serlo puede mantener la cabeza fría ante situaciones extremas? ¿Es un aprendizaje? Es parte de la inteligencia emocional. Los Voluntarios no entran siendo los mejores en este aspecto. Tampoco les proporcionan un manual sobre el tema cuando ingresan a ser parte de la Compañía. Todo se aprende en la cancha. Con temple. Con cabeza fría: “A veces es difícil, por ejemplo hubo una vez que fuimos a una emergencia médica y era una señora joven de unos 45 años que ya había fallecido cuando llegamos, y su familia lloraba desconsoladamente. Había personas de todas las edades, pero más pena me dio el esposo porque lloraba en silencio. Siempre trato de que no interfieran mis emociones, generalmente en estos casos me vuelvo fría y trato de poner mi mente en blanco durante la atención. Luego cuando todo termina, recién puedo pensar en lo que debe estar sintiendo o pasando esa familia”. 

 La noche está al caer en el primer puerto. Un leve olor a mar brava inunda el olfato. “Cuando salgas de aquí, mejor ándate por Dos de Mayo, porque si vas por Buenos Aires puede que salgas perdiendo. Además aquí se camina con la boca cerrada”. Sonrío como diciéndole que esto aún no ha terminado. La labor de un bombero tampoco termina. Ya que el peligro acecha a cada momento y donde menos los esperas. “No lo he pensado mucho, es cierto que un bombero esta expuesto a muchos peligros pero creo que si trabajas bien y confías en la gente con la que trabajas durante una emergencia, estos riesgos se minimizan. Pero es obvio que una persona que tenga un trabajo de riesgo, siempre va a tener el peligro rondando, pero igual creo que se puede evitar cuando se trabaja bien y en equipo. Sabias palabras de una mujer que lleva “años en el negocio”. Estoy a punto de despedirme cuando…. Suena la sirena. Se despide al vuelo poniéndose las botas en el camino, entre el ulular de la sirena. “Ya sabes, sales por Dos de Mayo ah”. Claro, si un bombero me lo dice ¿Cómo no hacerle caso?

lunes, 26 de septiembre de 2016

El Invitado Especial


La tarde moría sobre la quinta ubicada en la tercera cuadra de la avenida José Leal. Afuera, como cualquier tarde de diciembre, el cielo color panza de burro acompañado de un bochorno denso arrastran hacia la inercia y el aburrimiento. Los autos al igual que las personas, van y vienen encendiendo las primeras luces nocturnas. El ruido y los gritos se apagaban al llegar al patio de la vivienda. Dentro, en el departamento C, un leve canturreo adolescente invitaba a pasar: Milagritos lavaba los últimos platos de la vajilla recién sacada del baúl. La joven sabía que su madre sólo utilizaba estos utensilios cuando había visita, y no cualquier visita. Una visita especial. Milita (cómo la llamaba mamá) sólo vió utilizados esos platos cuando vino tío Quique de España con su esposa e hijos, o cuando la Mama falleció. La muerte también puede ser una invitada especial.

Dejando secar lo platos, la joven acomodaba sillas y terminaba de barrer la pequeñísima sala que poseían. En el fondo Milagros se preguntaba quien sería la visita tan especial que recibirían esa noche. No habían recibido una carta familiar en años, sus padrinos y los de su hermano ya ni se acordaban de ellos. Las navidades desde entonces habían sido de a tres. Sólo se relacionaban con la demás gente que vivía en la quinta, siendo parte de su única familia.

Con el trapeador en la mano, Milagros se paró en el marco de la puerta y vociferó:

- ¡Gonzalo! ¡Deja de patear la pelota de una buena vez y ven a bañarte! ¡Ya son las siete! ¡Mi mamá no tarda en llegar!
- ¡Ya Milita, espérame un rato que termine el partido! – respondió su hermano en medio de una jugada de contraataque.
- ¡No! ¡Ven ahorita! – espetó la joven rápidamente.


El partido seguía a pesar de los gritos de Milagros. Por la razón o por la fuerza, se dijo la muchacha. Con paso decidido y cuál arbitro de fútbol dispuesto a no dar tiempo extra al asunto, Milita cogió la pelota y mandó a todos a su casa. Total, la misma escena que ella protagonizó hacia segundos con su hermano se repetiría con cada uno de los niños ahí presentes y sus madres. Es así, que entre refunfuños, murmuraciones y malos humores, Chalito arrastraba los pies hasta donde se ubicaba su hermana. Visiblemente molesto por la interrupción, el niño miraba el piso al caminar.

-Pucha Milagros, ¿como hiciste eso? ¡Estábamos en lo mejor de la pichanga! – reclamó el niño mientras daba un leve manazo a la pared y movía el cuerpo como si fuera víctima de una descarga eléctrica en señal de molestia.
- ¿Y...? ¿Acaso no te dije desde que llegamos del colegio que tenías que entrar temprano a la casa? ¿Estudiaste para mañana?

El niño seguía con el rostro enterrado en el piso. Milagros esperaba una respuesta, un solo gesto. Chalo se quedó inmóvil. Milagros sostenía la pelota entre sus brazos. El niño dio dos pasos hacia el umbral de la puerta de su casa y volteó inesperadamente:

-¡Pero le dije a mi mamá que tenía que comprarme unas láminas para Historia!- gritó furioso.
- Pasa por favor, que de ahí vamos a comprar las láminas.

Milagros cerró la puerta detrás de su hermano. Se agachó un momento a recoger un recibo de agua. Al mirar de reojo el aviso de deuda pendiente la muchacha no terminó de abrir el sobre. Lo guardó en su bolsillo derecho y avanzó sobre el angosto pasillo que daba hacia la cocina.

- ¡Dame mi pelota!
- ¿Gonzalo que te pasa?- se mostró sorprendida la muchacha.
- ¡Dámela!
- Gonzalo por favor, pórtate bien.

Los hermanos comenzaron a forcejear mientras se acercaban cada vez más hacia la entrada de la cocina. Gonzalo a pesar de ser aún un niño tenía una fuerza mayor a la de su hermana ya adolescente. La edad no era sinónimo de nada. En un microsegundo, Milagros recordó que había dejado la vajilla de su madre secando al pie del lavatorio de la cocina. Laura, su madre, había sido muy clara al momento de llamar a su hija donde la vecina Paredes (la única vecina de la quinta que tenía teléfono). Milagros debía sacar la vajilla del baúl porque en la noche su madre vendría con alguien muy especial.

Pero ya era tarde. Tras un último forcejeo, Chalo terminó por arrebatarle la pelota a su hermana, pero con consecuencias lamentables. La pelota fue a dar al caño de la cocina y luego al piso con la vajilla rota. Todo en el mismo microsegundo que Milagros se detuvo a pensar.

Luego de las culpas no admitidas (del caso) Milagros y su hermano se dispusieron a pegar los platos. La noche era un hecho sobre la quinta. Los muchachos lo sabían. Su madre no tardaría en llegar. Lograron pegar un plato, pero en suma, la rotura no ayudaba: Varios de los platos se habían roto en mucho pequeños pedazos. Frustrados, los hermanos sentían avanzar el tiempo con mucha angustia. Un silencio sepulcral llenó la mísera habitación que albergaba un comedor de cuatros sillas (todas distintas entre sí) y un pequeño estante donde la madre guardaba un par de diplomas de mérito a la nada que sus hijos habían traído en algún fin de año.

Miraron el reloj. Su madre se estaba tardando mucho. A Milagros conforme pasaba el tiempo se le ocurrían las justificaciones más tiradas de los pelos, desde un resbalón suyo (el piso se moja y a veces uno es muy descuidado con ello) hasta un fuerte temblor que remeció nuestra costa, y claro está, nuestro lavatorio con los platos. (¿No escuchaste nada en la radio mami? Pues fue muy fuerte, no sabes)

Sin el clásico silbido, de pronto se abrió la puerta. Era su madre que hacia su entrada. Un poco agitada y con los cabellos desordenados se plantó en el umbral cubriendo con su cuerpo el espacio vacío que separaba su casa con el patio de la quinta. Al divisarla, Gonzalo corrió al encuentro de su madre. Con lágrimas en los ojos, le dijo que no había sido su culpa, ni la de su hermana, los platos se habían caído antes de que el entre con la pelota a la casa, que ya sabía que le había dicho mil veces que no jugara dentro de la casa, que las cosas podían romperse, pero ellos no tenían la culpa de nada. Milagros seguía la escena, expectante, pendiente de la reacción de su madre.

Laura apartó a Gonzalo de su lado. Sus ojos cambiaron de expresión, cargados de ira y enojo se clavaron en la figura de sus hijos, los cuales sólo atinaron a retroceder hacia la pared, con mucho miedo. Sin mediar palabras, Laura se despojó de la correa que traía puesta. La sujetó y avanzó hacia sus hijos, los cuales la miraban con lágrimas en los ojos, desconociéndola. De pronto, un ligero viento cerró violentamente la puerta de la casa, silenciando los gritos desesperados de los niños y dejando afuera la caja sellada que contenía el televisor nuevo que Laura había comprado esa misma tarde.

martes, 21 de junio de 2016

Manual del Perfecto Escritor Latinoamericano III

















Los entrañables desconocidos se dirigieron hacía un salón vacío. El Escritor caminaba tranquilo con las manos en los bolsillos, pensando que fue un craso error haber aceptado la invitación al cóctel. Tras pasar una primera puerta, se acercaron a otra más pequeña. Jesús le hizo una seña al tipo que estaba parado en la puerta. Jesús lo hizo pasar mirando previamente a sus costados, como verificando la inexistencia de algún testigo indiscreto.

La habitación era completamente cúbica, cual pequeña pecera a gran escala. Los muebles, de cuero negro, despedían un olor a naftalina, a santurrona de pañolón blanco. La biblioteca era una suerte de colecciones de tapadura, casi todas con leyes, ordenanzas, historias del Derecho y memorias de algún intelectual de hace muchos años. Al haber entrado, el Escritor sintió un tufillo personal, como si alguien hubiese estado allí, en los momentos previos a su ingreso. Sus sospechas fueron resueltas al divisar un cenicero lleno con ceniza fresca y dos colillas recién apretujadas. Jesús lo invitó a sentarse.

- ¿Te sientes más calmado ahora? No conocía en ti ese fragor con el que me hiciste recordar algunos sucesos nimios en mi carrera “social”- murmuró Jesús con algo de culpa.
- Ya que hablabas de la memoria de la gente, creí justo que seas tú mismo el que recuerde aquellas épocas ..¿no? – dijo el Escritor mientras ojeaba los títulos de la biblioteca.
- Bueno, lo que sea mi hermano. Lo que te vengo a proponer es un asuntillo que estuve tratando desde hace ya unas semanas con mis contactos en algunas organizaciones de base. Pero, primero cuéntame algo ¿Hace cuánto que estas en el país?
- Hace un mes.
- Bien, bien. Durante todo tu periplo, imagino que anduviste al tanto de lo que sucedía en el país, ¿no es cierto?
- Obvio que sí. Pero vamos, al grano ¿A qué se debe este interrogatorio? – respondió el Escritor, un poco ofuscado y distante.
- Sin rodeos. Como sabrás se acercan las elecciones al Congreso. Yo no soy un miembro activo en el partido, pero tengo mi posición aun en el. He formado muchachos en la postura política. Guiándolos en el ejemplo de nuestro líder máximo, un ejemplo de sacrificio y luch….
- ¡Al grano!
- Eres la persona idónea para lanzarte como candidato al Congreso. Si bien, no eres conocido como político activo, esa frescura es la que te convertiría en bolo fijo para la nueva Legislatura. Tengo todo listo. Mañana mismo pasas a inscribirte como miembro activo del Partido, y pasado mañana comenzamos el trabajo con las bases. Para lueg…
- Disculpa, me tengo que retirar- cortó intempestivamente el Escritor.
- Es negocio fijo hermano. Entras al Congreso por el partido y luego te unes al nuevo movimiento que lanzaré luego de las elecciones. Obvio que vamos a medias con el sueldo, ya que tendrías la elección casi ganada No te he comentado que me lanzaré como Presidente al 2016 ¿no?
- Sinceramente me das asco – espetó el Escritor, acercándose a la puerta.
- ¿Tu crees que la invitación de hoy fue porque el Ministro quería verte? – respondió Jesús. Si te dije que he seguido tu carrera no fue un simple y tonto halago para salir del paso. Eres idóneo para el cargo. Los outsiders están de moda hace mucho.

A lo lejos se escuchaba la voz solemne de alguien, que agradecía la presencia de todos los invitados.

- ¿Acaso piensas si quiera, que me voy a prestar para esas chanchadas? Viejo, no me conoces, y no pienso seguir escuchándote – respondió el Escritor como una despedida.
- Supuse que podrías negarte, por eso también reuní unas cuantas fotos en las que sales con unas chicas en alguna fiestita privada de cuando eras joven y… ¿casado?


Intempestivamente, como una ráfaga, un puñetazo se estampó en la quijada de Cuchara Roja. Absorto y tirado en el piso, no podía incorporarse. Sólo atinó a vociferar a voz en cuello que tras ese puñetazo la carrera literaria de alguien se esfumaba en ese mismo instante. No obtuvo respuesta, dado que un portazo había concluido la escena de antemano. El Escritor salió del lugar sin despedirse de nadie. A pesar que tenía muchos amigos a los cuales no había saludado de la manera que se merecían. Sin tener en mucho que pensar, tomó el primer taxi qué pasó.

Outro

- Y para finalizar ¿Qué siente cada vez que termina de escribir un texto?
- Bueno, es algo un poco confuso de explicar con palabras. Yo creo que podría compararlo con la satisfacción plena. Es algo más perceptivo que racional. Además de sentir un alivio grande, ya que el leiv motiv de un escritor radica en la necesidad de tener algo que decir. Un escritor sin problemas, sin motivaciones, sin mierda interna hace que el oficio (si puede llamarse oficio) pierda su esencia. Escribo porque tengo algo que decir, porque en cada lector yo me encuentro a mí mismo, con un ánimo voyerista o fisgón es más, quisiera estar en el momento preciso que se lea algún texto mío, seguir paso a paso al lector en cada palabra leída cada artículo, cada adjetivo, ver sus reacciones, sus gestos, apreciarlo, porque es lo más sincero que un lector puede darte: Su rostro al leer tu texto. Es imposible que pueda engañarte con eso. Las palabras u opiniones, se las lleva el viento.
- ¡Vaya que usted si lleva las letras en la entraña!
- No puede ser de otra manera ¿Acaso usted no ama lo que hace?
- Claro.
- Por eso dicen que los apasionados somos la raza más peligrosa sobre la faz de la tierra. La Historia de la Humanidad se forjó a través de esa visceralidad. Piense en eso.

El joven periodista detuvo la grabadora manual y dio las gracias. Sacó de su mochila un ejemplar y se lo hizo firmar al Escritor. Un apretón de manos selló la entrevista. Mientras el escritor seguía sentado, el periodista se incorporaba para disponerse a retirar.

- Esto sale la semana que viene. Es para un semanario de interés y cultura. Yo le enviaré un ejemplar de cortesía.
- Le estaré muy agradecido. Y no olvide…Siempre tenemos algo que decir.

martes, 31 de mayo de 2016

Manual del perfecto Escritor Latinoamericano II





















Pasaron los meses, y me dediqué a olvidar ese premio y sentarme a escribir lo que sería mi primera novela (La casa del Mono Pedro) Ya casado con Valeria, ingresé a trabajar como corresponsal de “El Matutino”, célebre semanario de opinión limeño. Ello, si bien no me daba una fortuna como sueldo, ayudaba a pagar casi todos mis gastos, así como tener una flexibilidad de horarios para escribir. Completábamos el pago de las cuentas con el pequeño sueldo de Valeria, que en esa época hacía sus pininos como psicoanalista recién salida de la Asociación Argentina del Psicoanálisis.


Tras una boda apurada, debido a un contratiempo con los boletos del avión, terminé en la fila de los casados. El brindis y los saludos se obviaron para luego porque simplemente el avión nos dejaba, y si no viajábamos en ese momento no lo haríamos hasta cuando cumpliéramos una década de feliz matrimonio (circunstancia que nunca se dio). Ni siquiera un malentendido con una refrigeradora y un perro nos detuvo en la carrera loca hacia Ezeiza. Tendríamos nuestra luna de miel soñada en Ushuaia, con bolas de nieve y mucha intimidad. Y fue así que para mí, dentro de todo ese sueño loco el nuevo estado civil fue probablemente un saludo a la bandera, barruntaré que por motivos personales me daba lo mismo tener o no un anillo de compromiso brillando en mi dedo anular. El sentimiento estaba, existía y muy adentro. ¡Caray, lo que es la juventud!


Tras la resaca amorosa que puede darnos una boda, unión simbólica o lo que se le parezca comencé e intenté hacerme a la idea de estar casado y adicionalmente seguir escribiendo. Pasábamos las tardes yendo a los cines del barrio de Constitución, donde cada semana había ciclos de cine francés, vietnamita y español de toda época. O caminando por Parque Centenario, mirando las baratijas que vendían los comerciantes ambulantes que se posaban sobre esas aceras tirrias y con olor a invierno. Invierno fue lo que en suma se me avecinó. Llegué a publicar la novela y tuve mayores colaboraciones literarias en distintos semanarios o compilaciones latinoamericanas. Gracias a ello, pude granjearme un puñado de invitaciones a congreso o simposios en varios países. En uno de ellos, realizado en Bogotá, conocí al Dr. Vega, lúcido hombre de letras colombiano. Luego de habernos bebido hasta el agua de varios floreros y disertar sobre Baroja y Unamuno (pasión que compartimos), me invitó a ser parte de su plana docente en la Universidad Libre de Bogotá, el semestre siguiente como profesor invitado del curso de Literatura Latinoamericana. Complacido y no poco emocionado acepté gustoso. Sólo debía de convencer a Valeria para que me acompañe ese semestre o muera en el intento.

Dada esta situación, con algunos antecedentes, Valeria y yo estábamos en un punto culminante de nuestro matrimonio. Ella, la muchacha simple y emocional a la vez que siempre fue, de un tiempo a otro cambió de actitud. Intuyo (porque nunca se lo pregunté) que su cambio se debió a mi negativa, en primerísimo momento, a tener familia. A lo único que aspiraba en esos años era a tener un perro pequines o uno que otro pececillo en mi sala. Yo no tenia esa rutina que me hiciera un hombre normal, por ello no podría acomodarme aún a la presencia de un niño. O en todo caso el a mi, que no seria lo mas justo. Para mí.

Nunca hubo reproche alguno, no lo hizo expreso, pero si me lo demostró con la actitud. Se ausentaba mucho de casa. Ya no salíamos a dar esos paseos por Corrientes, ni a sentarnos en la banca de alguna plaza a reírnos de la gente que pasaba o en suma de nosotros mismos. Asumí que sería estrés propio de una psicoanalista. Pero luego me di cuenta que el del problema era yo, o algo circundante a mi figura en esa relación.

La depresión post obra literaria había sido una regla en mi devenir literario. Pero luego de haber publicado mi tercera novela (Edificación Edificante) y haber sido traducido por primera vez a tres idiomas (Ingles, portugués y catalán) la bajada emocional fue mayor y mas duradera en todo aspecto. No quería ni salir de mi cama. Dejé de escribir por varios meses. Ni siquiera leía con la profusidad de antes. Creo que comencé a sentir que ya era de sentar cabeza: comprometerme de veras en algo comenzaba a escribirse en mi agenda biológica. Con 40 años encima, ya no era el mismo.

Valeria terminó por darme un ultimátum, el cual yo nunca pude asimilar a cabalidad. Simplemente no atiné a mucho. Sólo vi dos cosas: como se llevaba sus cosas y también la manera como nuestro matrimonio se venia abajo. Ante ello, en un ápice de supuesta lucidez, luego de recibir la propuesta de viajar a Bogotá por una temporada, intenté comunicarme con ella y proponerle darnos una oportunidad con ese viaje, pero, yo no estaba en su agenda personal. Diplomática y freudianamente, me mandó por un tubo. Un poco desolado, pero con muchas ganas de darme un respiro en la atormentada vida que me estaba soplando desde hace algunos meses, viajé a Bogotá, con la misma capacidad de asombro con la que salí de Lima la primera vez. Al final me quedé por dos años. En mi primera etapa, tras algunos accesos de llanto (de cuando en vez), mi vida sólo se resumía a dictar clases y regresar a casa para ponerme a escribir. Algunas veces, me animaba a cruzar palabra con alguno que otro profesor local.

Terminado el periplo bogotano, recalé algunos meses en España invitado por algunos amigos de mi juventud bonaerense. Al comienzo tras algunos días de farra, con momentos plagados de bohemia y trasnoches comencé a sentirme vivo otra vez. Pienso que tras la resaca de todo lo sentido mi ánimo sufrió un pico interesante. Aunque en el fondo, lo único que deseaba era recuperar el tiempo perdido. Luego de todo eso y varios años, escribí dos novelas mas y una editorial vasca hizo una recopilación de todos mis cuentos; dicté millones de conferencias por lugares que nunca en mi vida pensé visitar. Y mi obra llegó a lugares donde nunca imaginé ser leído.

Regresé al Perú. Con barba crecida y gente esperándome en el terminal (Últimamente le cogí terror a los aviones). Fueron alrededor de 30 años que viví como un paria por varios países, yendo y viniendo. Siempre pensé que la vida es como un gran tren que avanza a una velocidad constante por muchas estaciones, las cuales representan los años que uno va viviendo. El tren simplemente no se detiene. Sólo avanza sin dar vuelta atrás. Y sin importar el estado cochambroso y/o jubiloso en el que nos encontremos. Cuando decidí regresar lo primero que se me vino a la mente fue la de poder establecerme en Lima. Tal vez, poder conseguir alguna cátedra en una universidad bien pagada, seguir dictando conferencias aquí y allá; todo esto con el único fin de poder tener tiempo y espacio en mi agenda para poder seguir escribiendo. Craso error: Axioma en mi existencia, nunca te adelantes a lo que el destino te tiene preparado, ya que como un juego de ajedrez, el destino sólo se dedica a mover piezas y ver que sucede. Y sobre todo, darnos la contra.

Dentro de mi experiencia en la universidad como estudiante, tuve alguno que otro conocido. En ellos habían como no, muchachos que se proyectaban hacia la política y la organización. Uno de ellos, joven y encendido dirigente estudiantil, lo reencontré al mes de llegar a Lima en uno de esos tantos cócteles nocturnos al que invitan empresarios o diplomáticos de apellidos compuestos a los escritores e intelectuales en general con el único objetivo de poder jalar agua para su molino. Jesús Ramírez, otrora dirigente estudiantil, se había granjeado una camaleónica carrera política a lo largo de los años. Estudiante eterno por quince años, se dedicaba a captar estudiantes recién ingresados para hacerlos participar de la política a su manera: Juntas estudiantiles, consejos de facultad. Los contactos y el dinero comenzaban a llegar. Bajo un primigenio ideario de izquierda, “Cuchara Roja” (como era llamado en su circulo, ya que vendía cucharas de plástico en los alrededores del comedor) era el encargado de hacer tomas, luchar por mas raciones en el comedor universitario, hacer tachas a los profesores q le convenían, y demás argucias. A lo largo del tiempo, el poder al igual que el trabajo asalariado enajena a los hombres.


Sin chistar, Cuchara Roja, cruzó todo el salón repleto de invitados. Yo, sin haberlo reconocido salvo por la voz de guarapero que tenía (gracias a la venta a viva voz de las cucharas), voltee ante su inesperado saludo:

- ¿El Sr. Escritor ya no se acuerda de los viejos amigos, compañeros de muchas veladas? Eso sería contraproducente, ya que un escritor desmemoriado es un peligro para la literatura misma.
- ¿Jesús? ¿Cuchara Roja?
- El mismo que viste y calza, compañero, digo, amigo.
- Hola- respondí sin mucho entusiasmo- a los años que nos vemos, no te reconocía salvo por ese timbre de voz que nunca cambiará.
- Hay cosas que no cambian hermano. Pero quería felicitarte, porque algo que tampoco cambia es tu sapiencia y brillantez al escribir. No creas que no he seguido tu fulgurante carrera literaria.
- Gracias hermanito, se hace lo que se puede – mentí descaradamente.

Los invitados atentos, no eran ignorantes al encuentro. Muchos seguían la escena con algo de sorna y observaban con el rabillo del ojo, mientras secaban los sendos vasos de whisky en las rocas. En el medio, los mozos, cual ballet anodino hacían malabares para poder servir las alitas bouchet nadando en mayonesa. Cuchara Roja también miraba a todos lados y a ninguno. Mientras hablaba tenia tics en las extremidades sin quedarse quieto. Como aquellos tipos que están a punto de robar un banco.

- A la par, mientras tú cosechabas premios y elogios, en suma representándonos, yo también seguí en actividad. “Acompañé” algunos gobiernos; si bien la mayoría se fueron al demonio, yo salí bien librado. ¿Sabes por que? Porque yo trabajo pensando en la gente, es mi sentir, mi pasión. Me he sacrificado 30 años, yendo y viniendo, en carreras borrascosas, luchando al pie del cañón, porque yo trabajo por y para ellos.
- Eso me alegra hermano- volví a mentir con alevosía. Yo creo que la gente como tú es la que se merece este alicaído país. Es la gente que en suma, hace patria. Hay otros que sólo atinan a salir corriendo tras el sueño cosmopolita.
- No te sientas aludido, mi escritor favorito.
- No lo hago Cuchara, digo, Jesús. Yo me fui, porque quise irme. No fui tan palurdo de enrostrarle a nadie mi periplo extranjero. No hice colas por arroz, azúcar, leche. No me bañaba en billetes, pero sin saber que hacer con ellos debido a que la inflación desbordaba como el vientre de nuestro hoy reelegido presidente….
- ……No hables tan fuerte, te pueden oír.
- ¡Vamos Jesús, no intentes tapar el sol, con un dedo! ¡Tu, mas que nadie lo sabes porque estuviste metido en esa chanchada con carné de por medio!- la gente miraba absorta la escena.
- Ya te lo dije, hombre letrado. Yo trabajo por la gente- respondió Jesús con gestos adocenados. Pero tranquilízate hermanito. Yo te vengo a proponer un negocio, bueno, no le pongamos ese rótulo. Digamos que es un asunto discreto, para quitarle el ribete con tufo materialista. Sentémonos por aquí.

Los entrañables desconocidos se dirigieron hacía un salón vacío. Tras pasar una primera puerta, se acercaron a otra más pequeña. Jesús le hizo una seña al tipo que estaba parado en el umbral.



Continuará...............